Debate Intrafeminista sobre Violencia sexista en los medios de comunicación
Publicado en Coordinadora Feminista 19/02/2015 www.feministas.org
http://www.feministas.org/debate-intrafeminista-sobre.html
FeministAlde
El
día 17 de Enero de 2015, en Bilbao, organizaciones y mujeres diversas
del movimiento feminista de Bizkaia, convocadas por Pikara Magazine y
FeministAlde, se reunieron para reflexionar sobre la violencia sexista en los medios de comunicación.
El objetivo que se plantearon las 35 personas que acudieron fue
discutir sobre el tratamiento de la violencia contra las mujeres en los
medios de comunicación, intentando alcanzar posturas conjuntas y
posibles acciones futuras.
La necesidad de realizar un debate era
un sentir colectivo, que con cada asesinato se hace más patente, puesto
que encontramos muy pocos casos en los que los medios de comunicación traten correctamente estas noticias, sin caer en amarillismos
ni estereotipos entrevistando al vecindario con frases del tipo “era
una persona normal”, invisibilizando la violencia “aparecen muertas dos
mujeres”, no mostrando las condenas hacia los agresores y/o asesinos, y
sobre todo, responsabilizando a las mujeres asesinadas, centrando la
información en el hecho de si había denunciado o no a su asesino.
Parte de la sesión, giró en torno a reflexionar sobre la forma más adecuada para nombrar la violencia ejercida contra las mujeres,
y si se considera que alguno de los términos que se pueden utilizar
debería ser asumido por los medios de comunicación para dar las
noticias. Como planteó Lucía Martínez Odriozola, cuando la violencia es
ejercida contra las mujeres, hay muchas denominaciones, que fijan o
ponen la atención en diferentes aspectos de la violencia, como puede ser
el lugar donde se ejerce la violencia, el vínculo de la víctima y el
agresor, señalando al varón, etc. Hasta el año 2007, los términos más utilizados eran violencia doméstica o crimen pasional. Sin embargo, a
partir del 2002, y especialmente con la aprobación de la Ley contra la
Violencia de Género y el Observatorio, el término de “violencia de
género” es el más utilizado.
Además, hay otros términos que también se utilizan, como “terrorismo machista”, “violencia machista”, “violencia sexista” e incluso “crimen de honor” o “femicidio” o “feminicidio”.
Aún así, los términos violencia doméstica y crimen pasional a día de
hoy siguen floreciendo en algunos medios. En concreto el segundo es un
concepto que se utiliza cuando el crimen se relaciona con los celos, es
decir, cuando se considera que no ha sido deliberado. Como propuesta de
uso para los medios de comunicación, es necesario considerar criterios
de tamaño (no pueden ser palabras largas), uso habitual (la sociedad
debe entenderlo), y por esto, Lucía propone el uso de los términos
“violencia machista” (ya que todo el mundo sabe lo que es el machismo) o
“violencia de género” (porque apela a la Ley).
Sin embargo, es difícil llegar a un consenso sobre el término a utilizar, puesto que hay diferentes criterios y perspectivas entre los grupos y las personas participantes. Sí
hay acuerdo en la falta de implicación política del término “violencia
de género” además de las limitaciones que la propia Ley establece, al
hacer referencia únicamente a personas con relaciones afectivas. Además se considera que es un concepto que surge como forma de invisibilización del feminismo como teoría política filosófica.
También se debate sobre cómo algunos colectivos de hombres están
apropiándose de la categoría género para defender ciertas situaciones en
las que defienden su situación de discriminación respecto a las mujeres
(por ejemplo, los de la Custodia Compartida) y esto cala en la
sociedad.
En el caso de hablar de “violencia contra las
mujeres” es importante reflexionar la exclusión de los casos de aquellas
personas que no se consideran mujeres o las personas disidentes
género-sexuales, pero que también sufren violencia machista. También se analiza que dicho concepto pone el énfasis en las víctimas o sujetos que sufren la violencia y no sobre quién la ejerce, lo cual se considera más importante. En
otros casos, como pueden ser la violencia militar o la violencia
xenófoba o racista, el énfasis se pone en el sujeto que ejerce la
violencia, lo cual visibiliza el problema. Se plantea que
si hablamos de “violencia patriarcal” puede ser menos comprensible para
la población en general, puesto que el término patriarcado está menos
extendido.
Sobre el uso de “terrorismo machista”
se dan dos posturas, por una lado, se defiende el uso del término, por
ser la forma de terror más extendida en el mundo, y por la fácil
comprensión del término; en la postura contraria, se plantea que el
terrorismo produce un estremecimiento social muy importante, que no se
da en estas situaciones.
Con todas estas aportaciones, hay cierto acuerdo en que el término más adecuado podría ser el de “violencia sexista”
puesto que hacer referencia a las relaciones jerárquicas del poder
heteronormativo, es amplio para incluir las diferentes manifestaciones
de la violencia, incluye a la violencia ejercida por disidencia de
género y la violencia homófoba, y se puede entender, que la violencia
machista es una expresión de la violencia sexista. También, hay bastante consenso en el uso de “violencia machista”, que además fue asumido por la Agencia EFE, como el término a utilizar al dar este tipo de noticias.
Tanto
“violencia sexista” como “violencia machista” interiorizan la
procedencia de la violencia y si además se le suma “contra las mujeres”
se especifica sobre quién se ejerce (esto entra en debate con la idea de
que la categoría “mujer” invisibiliza a otras personas que también
sufren violencia machista, tal y como previamente se ha señalado). Respecto a la
violencia que se ejerce en parejas homosexuales se especifica que la
mayoría de los colectivos LGTB utilizan el término violencia
intra-género.
En cualquier caso, se concluyó que debemos
plantearnos los conceptos como intercambiables, porque aunque tienen
diferentes enfoques, el debate sobre cuál es el más acertado no termina
nunca, e incluso, los cambios sociales que se van generando, hace que
las posturas vayan evolucionando. Por esto, es bueno mantener cierta
flexibilidad. Se subrayó la necesidad de cuidar el enfoque y el sentido que se le da para que el uso de cualquiera de los conceptos sea el adecuado. Es decir, lo
que queremos nombrar, de forma general, es la violencia que sufrimos
las mujeres o lxs intra-géneros que formamos parte de un sistema
patriarcal, por lo tanto, es necesario utilizar palabras, conceptos,
categorías que traigan al primer plano lo que queremos visualizar. Se coincidió en utilizar la diferente terminología de forma intercambiable porque eso nos ayuda a nombrar y renombrar.
En cualquier caso, el debate no está cerrado, y no se identifica un concepto como el “elegido”, sino que se plantea que el principal problema puede no estar en los términos utilizados en las noticias, sino en el enfoque desde el que se dan las mismas. A lo largo de la sesión, se plantearon diferentes recomendaciones para los medios de comunicación, como evitar la culpabilización de las víctimas, ya que en algunas noticias, se les responsabiliza a ellas de la agresión al no haber puesto denuncia; importancia de que los titulares y el mensaje no den una imagen de impunidad para el agresor; mencionar la nacionalidad de las víctimas cuando sea relevante para comprender la noticia; a la hora de explicar cada caso, los mmcc tienen que cuidar no explicar los motivos como justificación de la agresión…
Sin
embargo, también hay otras recomendaciones que generaron debate, puesto
que no hay una postura clara y única sobre ellas. Por ejemplo, ¿las noticias y los titulares deben centrarse en la víctima o en el agresor? Si los titulares se
centran en la condena del agresor puede contribuir a desmontar la
sensación de impunidad, pero al mismo tiempo supone invisibilizar a las
mujeres; sin embargo, las noticias centradas en las mujeres agredidas o asesinadas victimizan.
De igual forma, se encuentran consecuencias positivas y negativas de
personalizar a las víctimas; por un lado, se valora la importancia de
compartir su nombre, su historia de vida, incluso con fotos, para que la
sociedad pueda empatizar con el caso, pero ¿cómo se evita el
amarillismo de los medios de comunicación, que en muchos casos, acabará
responsabilizando a las mujeres? El mismo debate se plantea para el caso
de agresor, en los casos en los que ya haya sido sentenciado o que se
haya suicidado.
Especial preocupación generó la dificultad de cómo tratar un tema que se ha convertido en un problema crónico,
que ya no atrae la atención de la población, y ante el cual, el
compromiso político de los medios de comunicación es inexistente. El
hecho de que la muerte de un hincha de futbol provoque una gran
consternación social, que lleva incluso a tomar medidas políticas,
mientras que el goteo continuo de noticias de mujeres asesinadas
no provoque más que condenas públicas, y como mucho un minuto de
silencio si se produce en el municipio, nos muestra la insensibilidad
social y política ante la violencia sexista, y en cierto modo, la
reproducción de este problema como crónico e irresoluble “siempre ha
existido y siempre existirá”.
Ahora, quedan muchas aristas por tratar y muchos temas por debatir, pero sobre todo, tenemos que ser capaces de construir una respuesta articulada,
porque mientras las autoridades competentes sigan mostrándose
incompetentes y desvinculadas, la violencia sexista sigue asesinando, y
los medios de comunicación siguen dando las noticias desde un enfoque
patriarcal. Los debates seguirán en Bilbao para plantear acciones
concretas y articuladas dirigidas tanto a los medios de comunicación
como a las instituciones implicadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario